Es un hallazgo importantísimo para el conocimiento de la historia primitiva de nuestro pueblo, ya que, desde su construcción en el período "Calcolítico", ha permanecido intacto hasta su descubrimiento. En él se ha encontrado un gran ajuar—funerario- cuyas piezas, depositadas en el Museo Arqueológico de Cáceres, nos ilustran sobre la vida y costumbres de los hombres que lo construyeron. Este Dolmen, ya con nombre propio, "Lamoina I" pertenece a un tipo de "monumentos megalíticos" avanzado, de gran perfección constructiva, denominados "de cámara y corredor", distinto a los dólmenes sencillos encontrados en Alcántara. Este está formado por una cámara circular construida con grandes piedras, todas semejantes llamadas "ortoxtatos", del mismo tamaño con algunas incisiones. La cámara está precedida de un "corredor" o especie de pasillo y un atrio. Estaba cubierto por un "Túmulo" formado por piedras y tierra, que se destruyó con la excavación, pero que las piedras se pueden contemplar en las inmediaciones. Los arqueólogos lo han fechado entre el IV milenio y el III milenio (a de C.) del período Calcolítico o Edad del Cobre. Este monumento tiene una gran importancia para el conocimiento de nuestra historia primitiva como hemos dicho. Significa que hacia el año 3.000 (a. de C«), es decir, hace unos 5.000 años, los habitantes de estas tierras, nuestros más remotos antepasados, ya cultivaban estos campos y desarrollaron la ganadería Además perfeccionaron la cerámica, usando diversos colores y materiales. Aquí se han encontrado unas setecientas piezas, destacando 150 flechas, además de los distintos tipos descritos: hachas pulimentadas, láminas, objetos de adorno personal, etc. Estos hombres del Calcolítico, que ya conocieron el primer metal, el cobre, la metalurgia del cobre, practicaron el culto a los muertos y creyeron en la vida de ultratumba. Lo que dio lugar a la arquitectura funeraria. En la religión de estos hombres domina la idea de la muerte, y estos monumentos funerarios nos revelan las formas del culto a los muertos. Ellos depositaban en las tumbas un gran ajuar funerario formado por los objetos que les serian imprescindibles para la vida de ultratumba. La monumentalidad de esta arquitectura funeraria, contrasta con la sencillez de sus viviendas, como podemos comprobar en los restos del poblado encontrado cerca del Dolmen, en un altozano detrás del Polígono Industrial. Aquí se han localizado varios restos de cabañas circulares que conservan las bases de piedras, sobre las que construían con ramas y tierra una especie de chozas, donde los arqueólogos han encontrado utensilios semejantes a los encontrados en el Dolmen: hachas, puntas de flechas, cuchillos..., etc.

El Dolmen "Lamoina I" forma parte de una necrópolis existente en el Canchal, donde los arqueólogos han localizado varios ejemplares expoliados. Según el criterio de los expertos, existen más dólmenes sin excavar en algunos montículos del entorno, que pudieran ser los "Túmulos" de otros. Esperamos que próximamente continúen las excavaciones y podamos contemplar estos "bienes culturales" que nuestros primitivos antepasados nos dejaron y sepamos conservarlos y valorarlos.